martes, 15 de diciembre de 2009

lunes, 14 de diciembre de 2009

ESTRATEGIAS A LLEVAR A CABO EN LA TUTORIA VIRTUAL



Como se ha expuesto anteriormente, el tutor en un entorno virtual de aprendizaje, se convertirá en facilitador del aprendizaje de los alumnos. Así pues, será importante que desde el comienzo sea capaz de determinar las expectativas, necesidades e intereses de los alumnos, y para ello la interacción entre ambos será un aspecto fundamental a tener en cuenta. Diversas estrategias podrán ayudarle a conseguirlo, tales como:

ü Establecer relaciones entre todos los participantes del curso

Se trata de garantizar una primera toma de contacto entre todos los miembros del curso. Para ello el tutor puede plantear un foro de debate en el que cada uno exponga a qué se dedica, dónde reside o qué expectativas posee con respecto al curso en cuestión. Si tenemos en cuenta que muchas de las tareas a realizar serán de carácter grupal, será fundamental establecer un clima de trabajo agradable en el que los miembros sientan que forman parte de una comunidad, en este caso virtual. Por lo tanto, sería conveniente que el tutor en esta primera toma de contacto enviase dos mensajes a los alumnos: a) Individual: en el que se le ofrece una atención personalizada; b) General: en el que se les mostrará que forman parte de un grupo.

ü Resolución de dudas

Es habitual que al comienzo del curso se le planteen dudas a los alumnos sobre todo en cuestiones de funcionamiento, tales como entrega de tareas, actividades a realizar, etc. Para ello, es conveniente que cualquier tutor de teleformación haya realizado una buena planificación de su curso. Posteriormente las dudas tenderán a centrarse en los contenidos, a lo que el tutor sabrá dar una respuesta eficaz si están organizados con antelación. Será conveniente contestar todas las preguntas que se le formulen al tutor en un plazo máximo de 48 horas, ya que una pregunta sin respuesta podría tener repercusiones negativas y producir sentimiento de insatisfacción e inquietud al alumno.

ü Fomentar la participación en los foros de discusión

Es fundamental que el tutor genere y gestione diferentes tipos de debates, ya que este tipo de dinámicas se constituyen como un elemento relevante para incrementar la unión del grupo y reforzar a su vez el progreso individual de los alumnos. Para ello presentamos algunos pasos a seguir:
a) Identificar los temas que más preocupan a los alumnos y crear un debate en el cual se fomente el análisis y la reflexión.
b) Planificar junto con el coordinador del curso la temporalización de dichos debates.

ü Motivar a los alumnos

La formación a través de la red frecuentemente produce sensación de pérdida o aislamiento en los alumnos, sobre todo cuando surgen problemas que no dominan y no encuentran como darle solución. Así pues, será necesario que para un desarrollo exitoso el esfuerzo sea constante, y para ello, nada mejor que el tutor motive al alumno en su progreso. Deberá hacerle llegar al estudiante mensajes de apoyo, prestarle una atención personal y particular a cada uno de ellos y ser flexible antes los distintos problemas que se le puedan plantear.

Para finalizar, decir que es difícil encontrar un modelo único y generalizable a todos los procesos de tutorización virtual, pues cada caso, cada curso, cada grupo, cada contexto, tiene sus propias características que lo hacen único y diferente. Pero sí hemos facilitado opciones, pautas y recomendaciones sobre cómo poder llevar a la práctica la función tutorial, aspecto urgente si tenemos en cuenta que se hace cada vez más necesario, ya que las esperanzas depositadas inicialmente en estos entornos formativos no se han visto, ni se están viendo, confirmadas.

HERRAMIENTAS DE COMUNICACIÓN PARA LA AUTORIZACIÓN VIRTUAL.


Seguir las pautas del sabio oriental no es tarea fácil a la hora de abordar el ámbito educativo, más aún si lo que pretendemos es realizarlo desde entornos virtuales de enseñanza-aprendizaje (EVEA). Entornos que, a estas alturas de su implantación, han demostrado innumerables ventajas para los procesos formativos pero que a su vez, siguen fomentando múltiples factores sobre los que seguir estudiando.

Muchas han sido las esperanzas que sobre los mismos se han depositado, y muchos, porque negarlos, han sido los fracasos que se han cometido como producto de centrarnos demasiado en los aspectos técnicos, y poco en las variables que podríamos denominar como didáctico-curricular y organizativas: estructuración de los contenidos, utilización de las herramientas de comunicación, aplicación de técnicas de trabajo colaborativo,… y papel desempeñado por los tutores; que es sobre lo que nos centraremos en nuestra intervención.

Igual de evidente resulta que los roles de los dos actores fundamentales del proceso de enseñanza-aprendizaje reclaman, y con bastante urgencia, cambios. Y no sólo cambios en lo referido a pasar de un modelo de enseñanza basado en el profesor a un modelo centrado en el alumno, sino también en cuestiones que van más allá del realizar esquematizaciones generales, defensas apocalípticas de modalidades e-learning, o ventas de experiencias que ya, hoy por hoy, son conocidas por todos nosotros (o casi todos), y por lo tanto empezar a profundizar y estudiar aquellos factores que todavía no han sido abordados, o han sido abordados desde perspectivas simplistas o maniqueas. Trataremos entonces, retomando el inicial consejo del maestro oriental, de mostrarles cómo es posible tutorizar en dichos EVEA, qué técnicas y competencias debe poseer el profesor-tutor virtual, cómo hacer uso de las distintas herramientas de comunicación sincrónica y asincrónicas disponibles, o cómo deberá movilizar diferentes estrategias si lo que pretende es enseñar a aprender al alumno y no convertirlo en un simple depositario de contenidos.

Ya hemos abordado a lo largo de otra serie de trabajos la problemática de la tutoría virtual (Llorente y Romero, 2005), pero más concretamente vamos a centrarnos en cuestiones tales como: ¿qué técnicas, en base a los nuevos roles, funciones y competencias deberá desempeñar el tutor virtual?, ¿qué formación precisa?, ¿sobre qué herramientas de comunicación se basará la función tutorial?, y para finalizar, ¿qué estrategias podrá poner en funcionamiento?

Nuevos roles, funciones y competencias en el tutor virtual

Con el objeto de entender que caracteriza a los nuevos (o quizás ya no tan nuevos) escenarios formativos, lo primero es señalar que el e-learning como modalidad de enseñanza-aprendizaje a través de la red, se configura como un espacio que facilita la interacción tanto entre profesores-alumnos, como entre alumnos-alumnos (Cabero y Gisbert, 2005), y cuyos elementos más significativos los mostramos a continuación:








Pero estos nuevos escenarios formativos también suponen la aparición de nuevos roles docentes a asumir, tanto por parte del profesor como por el equipo docente que se sumerja en un proceso formativo online, los cuales podrán considerarse variables determinantes que garanticen la calidad y la eficacia del proceso formativo que se lleve a cabo a través de la red.

En este sentido, podemos encontrarnos una primera clasificación sobre cuatro tipos de roles básicos a desarrollar por el profesorado (Ryan y otros, 2000, p.110):






Figura nº 1: Roles básicos del profesorado (Ryan y otros, 2000).



Destaca dicho autor la significatividad del rol pedagógico en tanto que se constituye como el eje fundamental en “la creación del conocimiento especializado, centra la discusión sobre los puntos críticos, contesta preguntas, responde a las diferentes contribuciones de los estudiantes y las sintetiza”; el social como la base para la creación de un buen ambiente de colaboración; y el técnico y de dirección para establecer normas de funcionamiento y orientar sobre aspectos técnicos de los recursos disponibles. Y acorde con esta idea Cabero (2004) expone clasificaciones a partir de diferentes autores incorporando roles del tipo: organizativo, social e intelectual (Paulsen, 1995; Mason, 1991); o como filtro, apagafuegos, facilitador, administrador, editor, promotor, experto, ayudante, participante e indicador (Collis y Berge, 1995).

En esta misma línea, Adell (1999), establece la siguiente clasificación teniendo en cuenta las nuevas necesidades formativas:


- Diseñador del currículum: diseño general del curso, planificación de actividades, selección de contenidos y recursos disponibles, etc.

- Proveedor de contenidos: supone la elaboración de materiales de enseñanza en diferentes formatos, caracterizados por la interactividad y la personalización.

- Tutorización: facilitador del aprendizaje.

- Evaluador: tanto de los aprendizajes de los alumnos, como del proceso formativo y de su actuación.

- Técnico: proporcionando soporte de tipo técnico ante las posibles dificultades que los estudiantes se encuentren en el desarrollo del curso (en sus inicios más frecuentemente, y posteriormente durante el progreso en el mismo).
Siguiendo a Cabero (2004), y tal como apuntábamos en otros trabajos por nosotros realizados (Llorente y Romero, 2005), nos encontramos con una propuesta de las diferentes funciones que debe desempeñar el tutor virtual más allá de la típica o usual, y no por ello menos importante, la de mero consultor académico, además de posibles actividades a seguir en cada una de ellas, tales como:

Siguiendo a Cabero (2004), y tal como apuntábamos en otros trabajos por nosotros realizados (Llorente y Romero, 2005), nos encontramos con una propuesta de las diferentes funciones que debe desempeñar el tutor virtual más allá de la típica o usual, y no por ello menos importante, la de mero consultor académico, además de posibles actividades a seguir en cada una de ellas, tales como:

FUNCIONES

COMPETENCIAS




Académica/

Pedagógica



- Dar información, extender, clarificar y explicar los contenidos presentados.

- Responder a los trabajos de los estudiantes.

- Asegurarse de que los alumnos están alcanzando el nivel adecuado.

- Diseñar actividades y situaciones de aprendizaje de acuerdo a un diagnóstico previo.

- Resumir en los debates en grupo las aportaciones de los estudiantes.

- Hacer valoraciones globales e individuales de las actividades realizadas.




Técnica





- Asegurarse de que los alumnos comprenden el funcionamiento técnico del entorno telemático de formación.

- Dar consejos y apoyos técnicos.

- Realizar actividades formativas específicas.

- Gestionar los grupos de aprendizaje que forme para el trabajo en la red.

- Incorporar y modificar nuevos materiales al entorno formativo.

- Mantenerse en contacto con el administrador del sistema.

- Utilizar adecuadamente el correo electrónico.

- Saber dirigir y participar en comunicaciones asincrónicas.

- Usar el software con propósitos determinados.




Organizativa




- Establecer el calendario del curso, de forma global como específica.

- Explicar las normas de funcionamiento dentro del entorno.

- Mantener contacto con el resto del equipo docente y organizativo.

- Organizar el trabajo en grupo y facilitar la coordinación entre los miembros.

- Contactar con expertos.

- Ofrecer información significativa para la relación con la institución.

- Establecer estructuras en la comunicación online con una determinada lógica.





Orientadora








- Facilitar técnicas de trabajo intelectual para el estudio en red.

- Dar recomendaciones públicas y privadas sobre el trabajo y la calidad del mismo.

- Asegurarse de que los alumnos trabajan a un ritmo adecuado.

- Motivar a los estudiantes para el trabajo.

- Informar a los estudiantes sobre su progreso en el estudio.

- Ser guía y orientador del estudiante.



Social



- Dar la bienvenida a los estudiantes que participan en el curso en red.

- Incitar a los estudiantes para que amplíen y desarrollen los argumentos presentados por sus compañeros.

- Integrar y conducir las intervenciones.

- Animar y estimular la participación.

- Proponer actividades para facilitar el conocimiento entre los participantes.

- Dinamizar la acción formativa y el trabajo en red.


En cualquier proceso de tutorización online, la comunicación se constituye como uno de los elementos que aporta mayor significatividad y calidad a los procesos educativos. En la actualidad, los diferentes cambios en los modelos de comunicación han permitido evolucionar desde modelos unidireccionales de comunicación en los que habitualmente existe un emisor (profesor o material didáctico) que ofrece la información a un receptor (normalmente el alumno) que la procesa, a modelos de comunicación más interactivos y dinámicos que persiguen que el receptor se convierta en emisor de mensajes, tanto de forma individual como colectiva.
Según Pérez (2004), los procesos de comunicación mediada por ordenador se caracterizan por los siguientes elementos:

- Flexibilidad en las coordenadas espacio temporales para la comunicación, pudiéndose dar procesos de comunicación ágiles y dinámicos tanto síncronos como asíncronos.
- La comunicación puede ser personal (de uno a uno), en grupo (pequeño o gran grupo) y en forma de comunicación de masas.
- Posibilidad de crear entornos privados o abiertos a otras personas.
- Permiten la combinación de diferentes medios para transmitir mensajes (audio, texto, imagen, ...)

Deberá saber que, como tutor de e-learning, la necesidad de incorporar nuevas herramientas de comunicación, tanto sincrónicas como asincrónicas, conlleva nuevas estructuras comunicativas, ya que está demostrado que nuestra participación no tiene ni la misma carga sintáctica ni semántica y además está condicionada por la herramienta de comunicación que se vaya a utilizar, e implica por ello la necesidad de adquirir nuevos aprendizajes y habilidades para desenvolvernos en ellas. Alfabetización informática imprescindible como tutor virtual y ello principalmente por dos causas: en primer lugar porque el medio informático se configura como esencial para llevar a cabo estos nuevos procesos de comunicación; y en segundo lugar, porque los mensajes se comienzan a estructurar de manera menos lineal, se intercambian los papeles entre autor-emisor-lector-receptor, se produce un nuevo desafío, el de pasar de la distribución de la información a la gestión y la posibilidad de ir construyendo diferentes significados dependiendo de la navegación hipertextual realizada por el receptor.

Como tutor podrá realizar dicha comunicación a través de dos vías:

- Sistemas de tutorización síncrona: a través de la interacción entre interlocutores mediante una coincidencia temporal.
- Sistemas de tutorización asíncrona: no requieren coincidencia temporal para llevar a cabo la comunicación.

En determinadas ocasiones la tutorización a través de medios síncronos posee dificultades en el sentido de que no son accesibles por el usuario a posteriori, pero sí es posible la comunicación y respuesta inmediata. Por otro lado, los medios asíncronos no fomentan una respuesta inmediata, pero si es posible consultarlos a posteriori.




CLAVES PARA DESEMPEÑAR EL ROL DE TUTOR VIRTUAL



Habitualmente, las funciones y características de los tutores se definen en función de los criterios preestablecidos por los textos científicos. Sin embargo, la experiencia suele ser una excelente consejera para adaptar esas elaboraciones teóricas a las necesidades de la práctica cotidiana. Analizamos el trabajo desarrollado por la Pontificia Universidad Católica del Perú.

“La tutoría es un espacio de coordinación fundamental e imprescindible para el e-learning. Su labor esencial es ayudar al estudiante a aprender para culminar con éxito su esfuerzo académico. Por tal motivo el tutor ha de convertirse en facilitador e intérprete eficaz de las necesidades de aprendizaje”, señaló Patricia Ugaz, la Coordinadora Administrativa de la PUCP Virtual ( Pontificia Universidad Católica del Perú ), durante su presentación en Online Educa Madrid 2005.

“La preparación del tutor debe basarse en potenciar las capacidades del estudiante en situaciones de desempeño o de actuación específica, en el aprendizaje cooperativo y en el trabajo interdisciplinario”, agregó la especialista, en el marco de su conferencia “Ser tutor de un programa virtual una propuesta de capacitación”.

“Existen varios modelos de tutoría, los cuales varían de acuerdo a la organización y planificación de cada institución: individuales o colectivos; presenciales o a distancia obligatorios u optativos; y se presentan según distintas combinaciones entre tales variables”, precisó Ugaz, para luego referirse al modelo de la Pontificia Universidad Católica del Perú .

“Nuestro modelo de tutoría contempla -antes del inicio de cada programa académico- la designación del equipo docente que ejercerá esta función (la elección recae en la propia unidad académica que respalda el curso). Este tutor será quien acompañe a los participantes durante el proceso de aprendizaje, la persona responsable del seguimiento continuo de los logros y dificultades presentados. Será quien resuelva de manera cotidiana las dudas y consultas referidas al funcionamiento del programa. Paralelamente, un grupo de expertos temáticos, especialistas en el campo de especialización del programa, asesorarán y resolverán dudas o dificultades de índole exclusivamente académico en el estudio. Con su experiencia y conocimientos enriquecen el apoyo tutorial y lo fortalecen de manera cooperativa”, explicó.

Según relató Ugaz, los grupos de tutoría se conforman teniendo en cuenta las características profesionales de los participantes y del programa académico. “Nuestra recomendación es que el número de estudiantes por tutor no se exceda de 30, de tal manera que pueda realizarse un acompañamiento personalizado y permanente. Un número que puede ser variable dependiendo de la carga laboral del tutor y de las tareas que debe desarrollar, en función del diseño académico del curso”, advirtió.

La cocina de la tutoría virtual

De acuerdo al sistema implementado por la Pontificia Universidad Católica del Perú, las funciones que deben desarrollar los tutores virtuales están agrupadas en tres rubros:

• Función académica (orienta la labor del participante apoyando su proceso de autoaprendizaje, orientando las actividades y reforzando los conceptos básicos).

• Función de nexo (enlace fundamental entre el participante y la universidad. Se mantendrá en contacto permanente y, por tanto, lo orientará en todos los trámites administrativos que requiera).

• Función de orientación (orientará continuamente al participante en la búsqueda de una formación integral y, lo acompañará en el intento por construir una relación comunicativa motivante con él mismo y con su grupo de trabajo).

Consultada sobre las características que debería tener un tutor virtual, Patricia Ugaz, efectuó una detallada enumeración, tomando en cuenta las funciones que deben cumplir los tutores:

1. Sólida formación académica.

2. Manejo hábil de las herramientas informáticas y adecuada experiencia en entornos virtuales.

3. Poder desarrollar las siguientes habilidades:
• Óptima mediación de los materiales, facilitando la lectura y guiando al participante hacia el autoaprendizaje.

• Motivación que genere diálogo y reflexión en el grupo.

• Evitar las ansiedades del grupo, producto de la distancia en la que se encuentran los participantes.

• Generar una interacción permanente entre los participantes apelando a recursos innovadores como talleres virtuales, foros de tipo social (cibercafé, tablón de anuncios), intercambio de experiencias, etc.

• Ponerse permanentemente en el lugar del alumno, comprendiendo la posición de quien se siente frente a una pantalla a desarrolla una actividad lejos de la presencia del profesor.

• Instar a la formación de grupos interactivos, ya sea por medio de sesiones de chat, foros de discusión, además de los existentes oficialmente, listas de distribución, entre otras herramientas.

• Promover la inquietud por la investigación y profundización de conocimientos.

• Adaptarse a las dificultades o situaciones diversas que puedan plantearse en el desarrollo de las actividades propuestas u otras que pudieran surgir en el proceso.

• Mantener un trato cordial con el participante. Ser atento en las comunicaciones y muy paciente. Tener en cuenta que los tiempos y los procesos de comunicación no son iguales para todos los estudiantes. Respetar los ritmos de aprendizaje de cada participante.

• Valorar profundamente el entorno virtual donde se desempeña y transmitirlo a su grupo.

• Explicar los contenidos de manera sencilla, en los momentos que crea oportuno.

• Ofrecer permanentemente su ayuda y hacer sentir su presencia comunicacional.

• Animar a los estudiantes a que sean independientes y que se arriesguen en el desarrollo de diversas actividades.

• Compartir el proceso de aprendizaje en el grupo.

Para cumplir con estas características, la Coordinadora Administrativa de la PUCP Virtual está convencida que una buena labor de tutoría depende de dos condiciones fundamentales:

1) Las características personales de quien asume esta labor (características referidas a personalidad, capacidad comunicativa, empatía y capacidad de motivación).

2) Una oportuna y verdadera capacitación (en los diversos aspectos que conforman esta tarea).

“Y es precisamente esta segunda característica la que nos ha motivado para diseñar y desarrollar una propuesta de capacitación, que permita al tutor vivenciar aquellas experiencias de un participante en la educación virtual, tanto de tipo académico, de herramientas informáticas, como desarrollo de habilidades personales, que finalmente llevarán al logro de una efectiva labor”, aseguró Patricia Ugaz.

Para la especialista peruana, los tutores no solamente son especialistas en el área de conocimiento motivo de estudio, sino que también deben estar adecuadamente capacitados para el ejercicio de esa importante y particular función, conociendo las características de la educación virtual, de los materiales utilizados y del estudiante. “Si bien este tipo de educación requiere de un alto grado de compromiso y autogestión de parte del alumno, éste no se encuentra solo frente al material sino que dispone todo el tiempo del apoyo de un referente humano interactuante -su tutor-, capaz de orientarlo, inducirlo y alentarlo en su aprendizaje integral. En la educación virtual, el tutor está siempre presente en el aula, y es precisamente por ello que apostamos por una presencia activa, generadora de aprendizajes significativos, colaboradora, motivadora”, subrayó.

domingo, 13 de diciembre de 2009

EL ROL DEL TUTOR VIRTUAL.




Desde 1992 es docente titular de TIC e Informática del nivel secundario de escuelas de gestión pública. Es Licenciada en Gestión Educativa de la Univ. CAECE y Analista de Sistemas de Computación. Ha aprobado los niveles I y II del Curso de Formación Docente dictado por la UTN Fac. Reg. San Nicolás. Tesista de la Lic. en Educación de Univ. CAECE. Aprobó el Seminario de posgrado en la Univ. FLACSO-Argentina sobre “Subjetividades mediáticas y educación”, el curso en “Formación de Tutoría Virtual 25° edición” dictado por DHD-OEA y el curso de posgrado “Enseñanza para la Comprensión” de WideWorld de la Escuela de Graduados de Educación de la Univ. de Harvard. Es Becaria de la Fundación Universitaria Iberoamericana para la realización del Master en Diseño, Gestión y Dirección de Proyectos. Cursa la Diplomatura en Educación y Nuevas Tecnologías de la Univ. FLACSO-Argentina. Tutora Virtual del Portal Educativo de las Américas (DHD-OEA) para los Cursos “Calidad de la Educación Básica 14º edición” y Formación en Tutoría Virtual 31º edición”.Ha cursado y aprobado numerosos cursos sobre la temática de vinculación de la educación y TICs. Ha disertado y participado en varios Congresos Nacionales como Internacionales tanto presenciales como Online. Ha publicado varios artículos relacionados con la vinculación de las NTICs en el proceso de enseñanza-aprendizaje, en revistas especializadas.



Palabras Clave: Tutor Virtual – Rol – Dimensiones de la función - Moderador.

Según García Aretio (2001), la palabra tutor hace referencia a la figura de quien ejerce protección, la tutela, de otra persona menor o necesitada. En educación a distancia, la característica fundamental es la de fomentar el desarrollo del estudio independiente, es un orientador del aprendizaje del alumno aislado, solitario y carente de la presencia del docente habitual. Es aquí donde la figura del tutor cobra su mayor significado por cuanto que se hace cargo de su asistencia y ayuda personal, a la vez que es la representación o nexo con la institución.
En la enseñanza a distancia, a menudo los esfuerzos aislados y solitarios del alumno resultan insuficientes, por lo que se hacen necesarios los apoyos dados por los tutores a ese aprendizaje individual. Por lo que se entiende a la tutoría como un proceso de ayuda en el aprendizaje contextualizado en el sistema educativo al cual se apoya. Por último, cabe destacar que el tutor debe poseer suficientes conocimientos de las materias que tutela y dominio de las técnicas apropiadas para el desarrollo de las diferentes formas de tutorías.
Se define el rol del tutor como el apoyo temporal que brinda a los alumnos para permitir, en un espacio real o virtual, que éstos ejecuten su nivel justo de potencialidad para su aprendizaje, mas allá de la competencia corriente de habilidades que posean y con las cuales ingresan a la situación de enseñanza.

Características de los tutores
La primera tarea que debe desarrollar un tutor es lograr confianza en el alumno en cuanto al sistema de educación a distancia, orientándolo en su metodología. Por ello, el tutor debe conocer los fundamentos de la formación a distancia, las funciones que debe cumplir y las estrategias a emplear en la mediación pedagógica.
Por lo tanto, todo tutor debe realizar constantes monitoreos de los progresos de sus alumnos en varios sentidos, al mismo tiempo que, favorecer que éstos los realicen por sí mismos, y también del momento que el aprendizaje se ejecuta en el espacio que media en lo que la persona ya sabe y puede hacer y lo que selecciona y procesa activamente (con guías didácticas y luego por sí misma) como información significativa para construir un nuevo significado y desarrollar nuevas competencias.
El tutor enseña, orienta e integra al alumno al sistema. Por lo que un tutor efectivo en el cumplimiento de su rol debería poseer los siguientes atributos:
EMPÁTICO: para lograr “sintonizar” con sus alumnos a pesar de la disociación del tiempo y el espacio, característica de los procesos de educación a distancia y de la multiplicidad de estilos personales de los alumnos.
PROACTIVO: para lograr “sortear” los obstáculos y resistencias que se presenten, tanto de tipo tecnológico como humano.
BUEN ANFITRIÓN: pues debe ser quien introduzca y mantenga motivados a los alumnos en esta modalidad.
MAESTRÍA COMUNICATIVA: ya que debe manejar todas las posibilidades y alternativas de comunicación en los distintos soportes, siendo lo más claro posible a fin de no distorsionar la esencia de los mensajes. Debe a su vez ser mediador entre las múltiples comunicaciones generadas por la interacción entre los alumnos y él.
EXPERIENCIA DIDÁCTICA: que le permita seleccionar los contenidos y diseñar las actividades más pertinentes para el logro de los objetivos propuestos ajustándose al perfil del grupo de alumnos.
García Aretio (1994) determina cuáles son las capacidades que debe poseer un tutor, a saber:
o ofrecer las posibilidades del medio ambiente social y de las instituciones sociales como objeto de aprendizaje,
o asesorar al alumno en la organización de su currículo (objetivos, contenidos, recursos y actividades),
o dominar determinadas técnicas y habilidades para tratar de forma específica los contenidos (escritos, videos, audios, informáticos), integrados dentro de las técnicas del diseño curricular. Utilizar como instrumento las posibilidades del lenguaje total,
o ser capaz de organizar otras vías de aprendizaje (lecturas, actividades, etc),
o enseñar al alumno a adquirir técnicas para el diseño instruccional (como método de aprendizaje y de organizar a través de una estructura),
o saber utilizar los medios de comunicación social como instrumentos para alcanzar unos fines, aprovechando todas las posibilidades,
o elaborar diferentes técnicas y procedimientos de evaluación,
o facilitar la posibilidad de que el alumno autoevalúe se propio proceso de autoaprendizaje. Dominar técnicas de tutoría, ya sean presenciales o a distancia,
o facilitar al estudiante diferentes técnicas de recuperación y corrección para el logro de los aprendizajes.
Un buen modo de perfilar los atributos y competencias que debería poseer un tutor en la educación a distancia es a partir del análisis de las características del aprendizaje adulto. Por lo que cada característica del aprendizaje adulto generaría como contrapartida un atributo del tutor; las mismas podrían clasificarse en tres dimensiones: dimensión didáctica (relativa a los saberes conceptuales), dimensión técnica (relativa a los saberes procedimentales) y dimensión psico-afectiva (relativa a los saberes actitudinales), a saber:
a) Dimensión didáctica:
En el aprendizaje adulto prevalece el pensamiento pragmático, por lo que es necesario centrarse más en las expectativas de quien aprende y no en las de quien enseña. Por lo tanto el docente-tutor debe ser capaz de seleccionar adecuadamente los contenidos y actividades que se propondrán a los alumnos, las que además deberán favorecer la indagación autónoma de parte de los mismos. El adulto utiliza un enfoque amplio para encarar cualquier problemática, por lo que para evitar una excesiva dispersión en el alumno adulto, es necesario que el docente-tutor sea capaz de pautar secuencias graduales y ordenadas tanto de actividades como de contenidos.
Los adultos presentan diferencias individuales sustanciales en cuanto a motivaciones, experiencias y conocimientos previos, necesidades, creencias. Su aprendizaje por ser más autónomo es también más individual que grupal. Por ello el docente-tutor debe ser capaz de detectar, diagnosticar y manejar adecuadamente los distintos estilos y ritmos de aprendizaje de sus alumnos, asesorándolos en la organización personalizada de su recorrido curricular.
b) Dimensión técnica:
Los adultos tienen necesidad de conocer el motivo por el que deben aprender antes de comprometerse con el aprendizaje, entonces será necesario que el docente-tutor sea capaz de transmitir con precisión y claridad los objetivos y lineamientos del proceso de educación a distancia. Uno de los problemas que debe enfrentar un adulto en el momento de aprender es vencer la resistencia al cambio, esto es lograr desaprender poniendo en tela de juicio su sistema de creencias. La educación a distancia irrumpe como una alternativa de aprendizaje, desestabilizando la creencia arraigada acerca de la primacía de la educación presencial. Es por eso que el docente-tutor debe mostrar convicción en los beneficios de la educación a distancia – sustentados en el conocimiento teórico de los fundamentos de la modalidad- que aporte confianza a sus alumnos.
En los adultos pesa mucho la tradición pedagógica presencial, por lo que puede llegar a presentarse una reacción negativa respecto de los procesos de la educación a distancia. Para contrarrestarla, el docente-tutor debe estimular la participación, la comunicación pluridireccional y la interacción entre todos los actores involucrados en un proceso de educación a distancia a fin de alentar la conformación de una “comunidad de aprendizaje” de la que cada alumno se sienta parte integrante e integrada. Los adultos participantes de una experiencia de educación a distancia pueden clasificarse de acuerdo con sus diversos comportamientos: cooperativos, aprovechadores, gobernantes, silenciosos y ausentes. Por lo que el docente-tutor debe conocer el perfil y la conformación del grupo y monitorearlo para intervenir oportunamente.
Por otro lado, muchos adultos no están familiarizados con el uso de herramientas informáticas, imprescindibles en todo proceso de educación a distancia. Por lo tanto el docente-tutor debe ser capaz de orientar y asesorar a sus alumnos en el uso de las herramientas informáticas que serán empleadas en el proceso de educación a distancia.
c) Dimensión psico-afectiva:
Los alumnos adultos necesitan ser tratados como seres capaces de auto-organizar su aprendizaje, por lo que los docentes-tutores deben estimular en los alumnos el sentimiento de confianza en sus propias posibilidades de gestionar su aprendizaje. Algunos adultos experimentan sentimientos de inseguridad o inferioridad que desembocan en síntomas de ansiedad que afectan su autoestima y ponen en riesgo la continuidad del proceso de educación a distancia. A fin de disminuir estos sentimientos negativos, el docente-tutor deberá desplegar al máximo su empatía a fin de comprender – y de ser posible también anticipar – las situaciones críticas de los alumnos para lograr reducir las consecuencias negativas que sobre el proceso de educación a distancia pudieran estas acarrear. El adulto es muy exigente tanto consigo mismo como con su docente-tutor. Esto puede provocar en él un sentimiento de agobio por no creerse capaz de compatibilizar sus múltiples obligaciones con los requerimientos de un proceso de educación a distancia. El alumno a distancia es sensible al entusiasmo, la confianza y la seguridad que el tutor le transmita al comunicarse. En virtud de esta circunstancia, el docente-tutor debe comunicarse personalmente con el alumno para incentivarlo utilizando todos los recursos y técnicas comunicacionales que le ofrecen los distintos medios a su alcance, poniendo en juego además toda su inteligencia interpersonal.
Las tres dimensiones, incluyendo los respectivos atributos y competencias referidos al docente-tutor, se vinculan sistemáticamente entre sí en todo proceso de educación a distancia; esto se da por ser una modalidad caracterizada por la disociación temporo-espacial del vínculo docente-alumno.
“El tutor ha de combinar estrategias, actividades y recursos que actúan como mediadores entre un curso y el estudiante, con el objeto de incrementar su entendimiento de los materiales de enseñanza y, en consecuencia, su rendimiento académico en el contexto del sistema de educación a distancia”. (Garcia Aretio,1994:302).

El Tutor Virtual
Con el advenimiento de la llamada Web 2.0, los entornos virtuales de aprendizaje (EVA) aparecen como tecnologías emergentes para apoyar la labor docente, prolongando la clase tradicional más allá de las fronteras del aula, además de ser útiles para que los docentes puedan continuar con su formación académica posibilitando el aprendizaje colaborativo, la reflexión con otros y la interacción con sus pares. En relación al rol del tutor virtual se plantean nuevas competencias y habilidades: una de las características esenciales es estar preparado para generar un diálogo efectivo con los participantes y entre los participantes, de modo que se favorezca el aprendizaje activo, la construcción del conocimiento cooperativo y colaborativo, por lo que se requiere monitoreo y moderación de los grupos de trabajo.
Según Begoña Gros y Silva, estos profesionales son fundamentales en el éxito de las experiencias de enseñanza y formación que utilizan: Comunicación Mediada por Computador, para la colaboración ya que se requiere un papel diferente del profesor, más cercano al alumno, para poner el énfasis en el proceso intelectual del alumno y en el aprendizaje en colaboración.
Uno de los principales roles del tutor es el de “moderador” de la discusión. Barberá y otros (2001) ha sintetizado las tareas del moderador en el desarrollo de la discusión en tres etapas: planificación, intervención en el desarrollo, y cierre. En la etapa de planificación el moderador prepara la discusión y los elementos que pueden ayudar a moderarla. Se basa en indicaciones que facilitan la intervención de los participantes. En la segunda etapa, se produce el intercambio y construcción del conocimiento, por lo que el moderador es el encargado de retroalimentar la discusión para que la misma tome el rumbo deseado. En la tercera etapa, realiza el cierre de la discusión, otorgando un resumen de los principales aportes que contribuyen a la construcción del aprendizaje colaborativo.
Salmon (2000) incorpora el concepto de e-Moderator para referirse a un tutor especializado en moderación y el e-Moderating, para referirse al proceso de moderación propiamente dicho. Las etapas que promueve son cinco, a saber:
o acceso y Motivación,
o socialización,
o compartir información,
o construcción de conocimiento,
o desarrollo.

TUTORIA VIRTUAL





La tutoría virtual consiste en la comunicación asíncrona entre profesor y alumnos mediante correo electrónico, que facilita el seguimiento de la actividad del estudiante y permite ofrecer orientaciones académicas y personales, específicas y personalizadas. Puede complementar a la tutoría presencial.

Generalmente, la comunicación mediante el correo electrónico en las tutorías virtuales se da de forma privada e individual, pero también puede habilitarse un espacio de tutoría público en el que los alumnos consulten los mensajes y respuestas del profesor con otros estudiantes.

todo lo que realizamos tiene un objetivo acontianuaciòn se presenta el objetivo de la tutoria virtual.

Facilitar la tarea de orientación de los alumnos por parte del profesor utilizando como medio de comunicación el correo electrónico ya sea de forma privada, dirigiéndose a un estudiante en particular, o pública, al grupo-curso.

Profundizar en el conocimiento de las dudas e intereses de cada alumno, permitiendo al profesor ejercer una labor formativa y orientadora más adecuada y personalizada.

Características de un buen tutor virtual

· Cordialidad. El profesor debe ser siempre cordial, de modo que los alumnos se sientan cómodos y puedan expresar libremente sus dudas, intereses o sugerencias.

· Confianza. El profesor debe generar un clima de confianza con los alumnos, destacando sus logros y avances, evitando criticarlos en forma no constructiva y motivándolos a lograr los resultados de aprendizaje establecidos para la asignatura.

· Feedback. El profesor debe poder responder en un plazo corto de tiempo y de forma efectiva ofreciendo valoración y orientación a la actuación del alumno. La respuesta del profesor debe ser lo suficientemente oportuna como para modificar el proceso de aprendizaje del alumno antes de que sea evaluado.

· Capacidad de autocrítica y extracción de conclusiones para la auto-evaluación. Los mensajes de correo electrónico pueden convertirse en una herramienta muy útil para detectar los propios errores, por ejemplo, en la exposición de algún tema. El profesor debe ser lo suficientemente flexible para solucionar los errores y para modificar sus acciones o potenciarlas dependiendo de las valoraciones de los alumnos.



Elaboración



PASO 1:

Decidir si la tutoría va a ser pública o privada. Puede ser pública mediante la utilización de un foro temático sobre tutoría en el que los alumnos pueden enviar sus mensajes y consultar los enviados por sus compañeros. Será privada si se realiza mediante el correo electrónico individual.



PASO 2:

Redactar un mensaje de saludo inicial con información sobre el funcionamiento de la tutoría virtual, indicaciones y normas de uso. Si la tutoría es personalizada se envía un mensaje al alumno, mientras que si es pública, basta con enviarlo al foro. Puede complementarse la información con una sesión presencial.



PASO 3:

Realización de la tutoría virtual. Debe consultarse el buzón de correo diariamente y responderse con la mayor brevedad posible. Siguiendo las indicaciones para la comunicación en entornos virtuales de enseñanza y aprendizaje, y teniendo en cuenta las prescripciones para la tutoría virtual.



PASO 4:

Análisis de los mensajes recibidos: dudas frecuentes, errores en la comprensión de alguna información por más de un alumno, críticas y felicitaciones. El establecimiento de comunicación interpersonal con el alumno permite profundizar en el conocimiento de sus intereses, dudas, expectativas y evolución en el aprendizaje. Con esta información el profesor puede ejercer mejor su labor de guía en los procesos de aprendizaje y autoaprendizaje del estudiante, detectando desvíos o problemas de comprensión, proponiendo la ampliación de ciertos temas con otras fuentes de información, motivarlo y ejerciendo las labores pertinentes de orientación.



PASO 5:

Mensaje de despedida al finalizar el período lectivo de la materia y auto-evaluación. Puede incluir una evaluación global final.